Desatorar el nudo
“Quien tiene un porqué para vivir, puede soportar cualquier cómo”
Encontrar una razón para vivir, tener un motivo para seguir en la lucha son las únicas armas con las que se puede enfrentar la adversidad. La fortaleza moral se forja en lo personal pero se manifiesta en lo social, en cada uno de nuestros actos y en nuestra capacidad para desatorar el nudo que muchas veces nos hemos impuesto. La confianza en uno mismo y en las oportunidades que nos depara el futuro son la clave para fortalecer el espíritu, cada día que se permanece de pie nos dota del vigor para seguir adelante al día siguiente.
¿Cómo lo hacemos?
Escucho.
Antes que nada; escucho. Busco comprender cada una de tus palabras para poder interpretar, te proporciono un espacio para hablar sin titubeos de lo que te sucede. Ese el principio de la solución que hallaremos juntos.
Dialogamos.
Te presto apoyo escuchándote pero también participando en un diálogo abierto en donde no hay conclusiones apresuradas, sino mas bien, una exploración compartida de los antecedentes del problema.
Te acompaño en la búsqueda de soluciones.
Hay muchas maneras de desatorar un nudo, las soluciones son producto del diálogo y la paciencia, la guía emocional efectiva consiste en procurar fluidez y flexibilidad. Recuerda que siempre hay ganancia en donde se pone determinación.
Revisamos nuestros progresos.
Dar seguimiento a los progresos es la parte mas importante del apoyo emocional, a cada paso del camino encontrarás asistencia en tus dudas e inquietudes. En este punto es importante reforzar las cosas que presenten un área de oportunidad y definir con precisión todo lo que se ha ganado.
Vuela, regresa cuando quieras. Esta es tu casa.
El éxito esta en ti, puedes sentirte orgulloso de lo que has conseguido. Después de todo, conmigo una mano amiga se te extenderá siempre que lo necesites.
Problemas críticos
Manejar una crisis, es un cometido que no queremos afrontar solos. Con frecuencia parece que todo se combina para crear la tormenta perfecta y nos paralizamos ante la perdida de un ser querido, las dificultades cotidianas o la sensación de fracaso. Buscar ayuda es una conducta que no debes reprimir, porque no lo sabemos todo y nunca tendremos todas las respuestas.
Muchas veces somos incapaces de entender los que nos sucede y probablemente solo baste con pedir una opinión y ver la situación desde afuera para manejarla con objetividad.
Los demás pueden arrojar una luz positiva sobre lo que parece insalvable para nosotros y el primer paso consiste en compartir la situación aunque en un principio se nos dificulte.
No te conformes con vivir indefinidamente en la crisis, esfuérzate por imponer orden ante el desorden, desahoga tus sentimientos en la forma apropiada y no te niegues a pedir ayuda si realmente lo necesitas.